Iba andando por la calle despacio, poco a poco; dejando que su cuerpo se confundiera entre la niebla que lo rodeaba todo; notando como las microgotitas suspendidas en el aire entraban en su interior, hondo, para limpiar toda esa porquería.
Se notó relajada, sin motivo de angustia ni nervio. Sólo relajada.
Siempre tenia las nubes en la cabeza.
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