El sonido se pega.
Se pega en la ropa,
se pega en las cortinas,
se pega en la madera de la silla
dónde cuelga una camisa,
dónde cuelga un bicho raro.
Queda prisionero entre tu espalda y mi mano.
Se debilita; se debilita al travesar tu vello desde la cabeza hasta la uña del dedo pequeño.
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